Auriculoterapia: una opción para sanar
Publicado el: 24 de Agosto de 2016
La auriculoterapia, al igual que la acupuntura, es uno de los tratamientos más antiguos que ha utilizado la humanidad, sobre todo en países asiáticos como China, Japón, Corea del Norte, Corea del Sur, Vietnam y Mongolia. En Latinoamérica ha llegado de forma indistinta, por ejemplo, en Argentina se comenzó a utilizar durante la década de los setenta del siglo XX. En México no se tiene la fecha precisa en que se inició su aplicación, sin embargo, se puede considerar que fue en la década de los noventa. Por otra parte, “en Chile la ha utilizado el 71% de la población, y en Colombia el 40%” (OMS, 2003). Es durante el siglo XXI que se observa un número creciente de profesionales de la salud interesado en aplicarla.
La auriculoterapia es un tratamiento que requiere, para su aplicación, que el aplicador tenga conocimientos relacionados con el área de la salud, así como que se introduzca poco a poco en la comprensión de los saberes chinos con respecto a la enfermedad y la salud. Sin embargo, su aplicación no es exclusiva de las personas que han tenido contacto con el área de la salud.
Es un tratamiento alternativo que puede lograr que una persona enferma se sienta bien, sana, pero sobre todo, que pueda hacer las actividades de la vida diaria con una mayor confianza, sin el temor de que durante el transcurso del día se presente otro tipo de molestias como las ocasionadas por algunos de los medicamentos que se utilizan en la medicina occidental. En personas que tienen una enfermedad de largo tiempo, y que debido a ésta toman medicamentos que no pueden interrumpir, la auriculoterapia puede ayudar a controlar las molestias que se presentan. Además, es una terapéutica que puede ser utilizada en personas que prefieren no acudir a un centro de salud, una clínica u hospital. A continuación se habla de cómo empezó esta terapéutica, cómo se puede utilizar, qué material se aplica y en cuáles enfermedades ha tenido buenos resultados hasta este momento.
Desarrollo
El tiempo pasa: el ser humano nace, crece, se desarrolla y muere. En ese transcurrir se enferma y se quiere curar, sin importar el cómo, pues lo que le interesa es sentirse bien, realizar sus actividades, trabajar sin molestia y, sobre todo, no tener dolor ni sufrir. Es ahí cuando la auriculoterapia se vuelve una opción para sanar.La auriculoterapia no es un tratamiento nuevo. Es posible que sea uno de los más antiguos en la historia de la humanidad, y su origen, aun en pleno siglo XXI, permanece desconocido. Se sabe, sin embargo, que fue utilizado por persas, egipcios, vedas y gitanos, y se considera que China es el país que tiene más documentos por escrito del tema: el libro Chong Chang Ching (960-1279), por ejemplo, menciona el diagnóstico por la inspección de la oreja y la curación de un traumatismo violento.
En occidente se alude a que Hipócrates, padre de la medicina occidental, usaba este tratamiento “para tratar casos de impotencia sexual, tal vez sea éste el primer antecedente en la medicina occidental” (LIPSZYC, 1989). En el siglo XVII, Lazare Rivière utilizaba la aplicación de aceite detrás del conducto auditivo para dolores dentales; en el XVIII, el Dr. Antonio M. Valsalva, investigador del oído, describió algunas partes del pabellón auricular que pueden ser utilizadas para lograr anestesia dentaria; el francés Dr. Paul Nogier, durante el siglo XX (1951), fue el primero en escribir un tratado de auriculoterapia que incluía “el mapa o cartograma auricular” (LIPSZYC, 1989) en el que se especifica, en forma detallada y a través de puntos, cómo se distribuyen los diferentes órganos que componen el cuerpo humano en el pabellón auricular. Se considera que a partir de este mapa nació la auriculoterapia científica.
Auriculoterapia es una palabra que deriva del griego terapia, que significa curar, y de latín aurícula, que quiere decir oreja. La oreja está considerada como un microcosmo del ser humano, en el que se representa la mente, el cuerpo y todas las funciones del hombre. Es decir, está relacionada con cada parte del cuerpo, y con cada función de cada uno de los órganos que están en el cuerpo: la parte posterior de la oreja se relaciona con la parte posterior del cuerpo, y así, ambos son una unidad que no puede ser separada. En la cartografía (ver Figura 1) se observa que en la oreja se encuentra representado el cuerpo por medio de un feto en una posición de cabeza: la cabeza se encuentra en dirección del lóbulo y la región glútea en dirección del pabellón.

Desde el punto de vista occidental, existe una diferencia entre acupuntura y auriculoterapia. Independientemente de lo escrito por los chinos, para algunos terapeutas occidentales no son similares, pues “la acupuntura pretende corregir el curso de las enfermedades restableciendo el equilibrio energético (causa de la enfermedad) y la auriculoterapia procura llevar su acción al órgano, función o región enferma. Es decir que su acción se acerca más a la del tratamiento alopático que a la misma acupuntura” (LIPSZYC, 1989).
En la oreja se observan cambios como pequeños puntos rojos, manchas pequeñas de color café o blanco, dolor, cambios de coloración y cambios de forma, que son las manifestaciones de la enfermedad que tiene la persona en los órganos internos u otra parte del cuerpo. Éstos cambios son llamados puntos auriculares o puntos de reacción, que son los puntos que se van a estimular durante el tratamiento que se aplica en la oreja.
La auriculoterapia tiene como ventajas que es de amplio uso, de respuesta casi inmediata, de manejo simple y con pocas reacciones secundarias, además de que no necesita de instrumentos especiales ni espacios exclusivos. Otras ventajas son que no altera la apariencia, es económica, y “se utiliza para el diagnóstico, tratamiento y prevención de más de 200 enfermedades internas, propias de la mujer, en los niños y de aquellas que requieren intervención quirúrgica” (HUANG, 2002). Es, en fin, una terapia que puede ser aplicada por médicos, enfermeras o personas debidamente capacitadas.
La auriculoterapia se puede aplicar con material como semillas, balines, tachuelas, imanes, agujas filiformes o electroestimulación. Su aplicación requiere que el terapeuta haga un interrogatorio breve específico de lo que manifiesta la persona. Posteriormente se exploran ambas orejas con mucha atención, en un lugar que esté bien iluminado. Una vez identificado el punto, se limpia la zona donde éste se encuentra, de preferencia con un algodón con alcohol, y con una pequeña pinza se procede a colocar las semillas o el balín en el lugar elegido, observando la reacción que se presenta en la oreja y constatando que el material elegido se quede fijo. Las semillas o el material empleado se pueden quedar en la oreja por un tiempo promedio de ocho días. Pasado este lapso es posible que se quite el material y, si fuera necesario, se vuelven a colocar los puntos elegidos en la oreja contraria a la que se inició el tratamiento. No hay un límite temporal, pues el tiempo del tratamiento más bien va de acuerdo con la mejoría de la persona. Se recomienda utilizar de primera intención la oreja derecha en el caso de las mujeres y la oreja izquierda en los hombres.
Se menciona que en todas las personas que tienen algún tipo de enfermedad, los resultados de la auriculoterapia dependerán del momento en que se comenzó a utilizar. Es decir, que cuanto más tiempo lleva una enfermedad instaurada en la persona, más tiempo tardará en sanar, y en las personas enfermas en las que no se tuvieron resultados satisfactorios, la auriculoterapia disminuirá importantemente sus molestias y dolencias.
En la actualidad existen estudios que demuestran la utilidad de la auriculoterapia en la curación de algunas alteraciones, como son: “Eficacia de la auriculoterapia de la acupuntura corporal en el insomnio primario” de Isabel Aguilera et al. (2005), “Eficacia de la auriculoterapia y combinación de auriculoterapia y tuina en la bursitis de hombro”, de Teresa de Jesús Banderas (2001), “Efectividad de la acupuntura en el alivio del dolor refractario al tratamiento farmacológico convencional”, de E. Collazo (2009), “Auriculoterapia en el tratamiento de la obesidad exógena en niños” de Sandra Haydee Hernández (2013), “La auriculopuntura con semillas en el tratamiento del asma bronquial en edad pediátrica”, de Tamara Hervis et al. (1999), “Aplicabilidad de la auriculoterapia para reducir estrés y como estrategia de coping en profesionales de enfermería” de Fumiko Sato (2011). Todavía hay muchos estudios que realizar pero lo mencionado es una pequeña muestra de los resultados que se pueden obtener con este tipo de tratamiento complementario.
Además de lo ya mencionado, la auriculoterapia es efectiva en personas adultas con obesidad, así como en fumadores, adictos, personas con dolor o alteraciones hormonales. Asimismo, tiene acciones como disminución del dolor o de excitación nerviosa, produce sueño, desinflama, disminuye la fiebre, controla las convulsiones, quita la tos, e incluso puede anestesiar. También se utiliza en estados de desequilibrio psicológico, físico, mental y emocional. ConclusionesLa auriculoterapia es una alternativa de sanación que se puede aplicar en personas que tienen diferentes tipos de enfermedades. Es una terapéutica económica que requiere que la persona que la aplica tenga confianza, así como un uso constante y un seguimiento formal para la obtención de los resultados en beneficio de la persona en la que se emplea. Se utiliza para la prevención y sanación de casi todas las enfermedades, y en aquellas para las que no hay una curación, realiza un buen control. Además, se recomienda porque produce efectos secundarios mínimos en las personas.
Fuente: Revista Digital Universitaria